ERNESTO CAVOUR
Ernesto Cavour Aramayo es un cantante, músico, artista, inventor de instrumentos musicales y
autor de libros de enseñanza musical boliviano. Nació el 9 de abril de 1940
en la ciudad de La
Paz, Bolivia.
Empezó su carrera en 1957 como
solista. En 1966 funda el grupo Los Jairas integrado por Gilbert
Favre, Julio Godoy y Yayo Jofré, y el Trío
Dominguez, Favre, Cavour, agrupaciones con las cuales dio a conocer la
música tradicional boliviana en Europa entre 1969 a 1971.
Después de haber difundido la música
boliviana denominada por entonces 'neo -folkore', así como conformar nuevas
agrupaciones motivadas por el boom del nuevo folklore boliviano, en 1971 se
desvincula de Los Jairas y retorna a Bolivia formando su propio conjunto con
Mario P. Gutiérrez, Luis Valdez y Lucho Cavour. En 1973 fundó la Sociedad Boliviana del Charango y
organiza congresos nacionales de charanguistas con William Ernesto Centellas y Abdon Cameo en la ciudad de La Paz.
En 1974 junto al cantante Luis Rico
reinicia las actividades artísticas y culturales de Peña Naira, ubicada en la calle Sagarnaga de la ciudad de La Paz, la que se constituye en
un referente de la música boliviana más allá de sus fronteras. El mismo año fue
invitado por el Programa “Encuentro” de Televisa México y el Instituto Mexicano
de Seguridad Social, compartiendo escenarios con famosos artistas como Atahualpa Yupanqui, Nicomedes Santa Cruz, Octavio Marulanda y René Villanueva,
extendiéndose su labor y su reconocimiento como gran exponente del charango en
el continente americano.
En 1979 forma el trío Bolivia, Corazón de América, junto al
maestro Nilo Soruco y al cantautor Luis Rico, recorriendo todo el país. En 1985
participa en el Festival Internacional
de la Guitarra en el ALTE OPER, junto a otros artistas reconocidos
mundialmente como Paco de Lucía, Stefan Jeremías, Manuel Barrueco y la Filarmónica Moskaner.
En octubre de 1986 actúa en el Concierto
Internacional de la Guitarra en Hamburgo, en el MUSIC HALL de Alemania,
compartió escenario junto a artistas como Andrés Segovia, Pepe Romero, Raúl
García Zárate y otros grandes consagrados.
En 1997 ingresó a la Asociación de Inventores de Bolivia A.I.B.
dependiente de la Academia Nacional de Ciencias de Bolivia en calidad de socio
inventor y junto a los directivos de la Asociación de Inventores, organiza el Concierto de Nuevos Instrumentos Musicales.
WILLIAM ERNESTO CENTELLAS
William
Ernesto Centellas Molina
fue uno de los más destacados músicos charanguistas y compositores de Bolivia.
Nació en
Sucre un 6 de marzo de 1945 . En La Paz se tituló como arquitecto urbanista en
la Facultad de Arquitectura y Artes de la Universidad Mayor San Andrés, donde
en 1963 también empezó su carrera de charanguista cuando participó en los
concursos musicales.
Como solista de charango grabó en
discos (LP y CD) unos 50 temas suyos y de otros autores muchos temas más. En
total compuso más de 200 temas.
Realizó conciertos en las estaciones
del Metro de todo Bolivia, en Argentina, Brasil, Chile, Ecuador, Perú,
Alemania, Bélgica, España, Francia, Holanda, Inglaterra, Luxemburgo, Suiza y
Japón. (
Su enfermedad y alejamiento de los escenarios
“El año 2003, le detectan la
enfermedad de Alzheimer, que por su carácter degenerativo le afecta al cerebro
y origina un deterioro gradual y progresivo de su memoria, la percepción del
tiempo y el espacio, el lenguaje y finalmente la capacidad de cuidar de el
mismo. Todo este tiempo pudo sustentarse, gracias a los cuidados de su señora
madre Guillermina Molina y a la solidaridad de los compañeros del arte como
Víctor Hugo Vaca Guzmán, quien organizó varios eventos para recaudar fondos
destinados al tratamiento del maestro. También, valorar el esfuerzo de los
charanguistas que hicieron conciertos de homenaje a nivel nacional y mundial
para recaudar fondos, actitud que muestra el aprecio y agradecimiento al valioso
aporte, amor y arte del charanguista William Ernesto Centellas. La enfermedad
demostró ser devastadora, no solo para el enfermo, sino para el entorno
familiar que ve como la enfermedad va aislándolo y se va perdiendo toda
comunicación. Esa la parte trágica de un final inesperado, que acabó con la
vida de William Ernesto Centellas Molina. Para que la historia no se repita y
los músicos no queden en condiciones de abandono, se debe plantear a las
autoridades el reconocimiento y una renta vitalicia para los artistas que a
través de su arte contribuyen al fortalecimiento de la cultura y el folklore
boliviano”.
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